Cesta
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Realmente no hay que abrigarlos especialmente más que lo que nos abrigamos a nosotros mismos.
En el útero se encuentran a una temperatura en torno a los 37º, pasan a unos 25º en el momento del nacimiento y dada su inmadurez y escasa grasa subcutánea hace que les cueste regular la temperatura, es decir, ganar o perder calor para mantener la temperatura corporal dentro de los rangos adecuados (entenderemos que la temperatura corporal normal del bebé es la misma que en el adulto).
Por lo tanto, el exceso de abrigo, también puede ser perjudicial. Por todo ello, debemos tener en cuenta lo siguiente: